"Primavera a puerta cerrada"
Una reflexión sobre el confinamiento
Ahora que tenemos el confinamiento total ya un tanto alejado de nuestras vidas y nuestra mente, he querido realizar esta pequeña reflexión. Para ello, y a modo de proyecto personal, quise plasmarla en una sesión que he querido titular «Primavera a puerta cerrada». Todo esto con la intención de exteriorizar los sentimientos, emociones y reflexiones, que de una situación así y desde mi propia experiencia, he vivido.
Cuando el 14 de marzo nos confinaron, la tensión y la incertidumbre se palpaban en el ambiente. Una mezcla entre incredulidad y ciencia ficción, acompañada de miedo. Mucho miedo.
Los primeros días fueron pasando, y la sensación de mirar por la ventana y ver las calles y las carreteras vacías me impactaba tanto, que me quedaba pegada a la ventana esperando algo de movimiento, que no llegaba. Al llegar la noche, las ventanas se iluminaban más que de costumbre, y en cierto modo me hacían sentir reconfortada, acompañada y apoyada. Ya que éramos todxs lxs que, por el bien común, nos quedamos en casa.
Los días se convirtieron en semanas y las semanas en meses. Y yo me fui metiendo cada vez más en mi interior, en una constante reflexión. Mientras en la calle, la primavera florecía sin importarle, ni siquiera por un momento, la pandemia mundial.
Y es en ese mismo momento en el que te das cuenta de que nadie es imprescindible y de que la vida sigue su curso. De que la naturaleza está compuesta por millones y millones de elementos, y que nosotrxs somos su peor enemigo. Y ya de paso, el nuestro.
De que está en nuestras manos hacer el bien o el mal, y que tenemos que llegar a situaciones extremas para darnos cuenta de lo que es verdaderamente importante en la vida.
Por ello, primero, conócete y aprende a convivir contigo mismx. Sé paciente, respétate y acéptate. Y sobre todo priorízate y quiérete mucho. Indaga en tu interior hasta descubrir quién eres y qué es lo que quieres conseguir. Ten momentos para ti y disfruta de ellos. Busca aquello que te hace vibrar y haz que cada vez más forme parte de tu día a día. Ten por seguro, que si sientes tu cuerpo y tu mente como tu hogar, amándolo y respetándolo, disfrutarás de tu compañía y nunca más volverás a sentirte ni solx ni mal.
Y por supuesto, lucha, pelea y trabaja para lograr todo lo que deseas. No se puede esperar a que las cosas sucedan por arte de magia, la suerte y las oportunidades las creas tú.
Segundo, cuida todo lo que realmente valoras y quieres. A todo el o la que realmente se merezca ese amor, demuéstraselo. Durante este confinamiento seguro que has descubierto quiénes son esas personas o al menos has aprendido a cómo sentirte y actuar ante las diferentes personas y relaciones que surgen en la vida.
Ahora ya tienes claro, a quién sí y a quién no. A quien dedicar tu tiempo, tus esfuerzos, tus buenas palabras e intenciones y tu amor. A quien mostrar ese nuevo tú que está floreciendo, fruto del amor propio, el autocuidado y la autoestima.
Y tercero, agradece. Todos los días hay mil motivos por los que dar gracias, pero no somos conscientes de ello. Damos tantas cosas por hecho, que no nos damos cuenta de que el simple hecho de abrir los ojos por la mañana ya es motivo por el que darlas.
El mundo entero está envuelto en un proceso de cambio. Y es ahora el momento de decidir a dónde nos queremos dirigir. Es el momento de olvidarse de los miedos y evolucionar, porque un cambio supone nuevas metas, nuevos objetivos y nuevos retos. Y hay que dejar de centrarse en lo negativo para pensar en positivo.
La naturaleza constantemente se adapta, no solo a sus cambios de estación, si no a todos los cambios que han ido sucediendo a lo largo de la historia, sabiendo adaptarse y superarse. Ahora es nuestro turno.
Y por favor, permítete. Permítete ilusionarte, llorar, desear, fallar, merecer, estar mal o vivir la vida. En la montaña rusa de la vida, unas veces se está arriba y otras abajo, y no es ni bueno ni malo, simplemente es un aprendizaje del cual hay que sacar siempre la parte positiva. Sin hundirse ni torturarse, déjate fluir. Siempre acaba saliendo el sol.
Espero que todo esto nos sirva para no olvidar tan pronto lo que verdaderamente importa. Ser, en esencia, esa es la cuestión.
Así que gracias, a esta «Primavera a puerta cerrada» por darnos la oportunidad de ver y valorar. De sentir y amar. De conocernos y reflexionar.
Porque nada se detiene y nosotrxs tampoco lo tenemos que hacer.
P.D.: Muchísimas gracias a mi bella modelo Eluska, por ser siempre cómplice en mis locuras. Y a Julia, de Julia Tellechea por abrirme las puertas de su precioso taller. Sin vosotras esto no habría sido posible.